Principio
En un calorímetro se calientan diferentes cantidades de agua con un serpentín. Las cantidades de agua se han elegido en función del tamaño del calorímetro (100 ml, 150 ml, 200 ml) y están directamente relacionadas entre sí, de modo que resulta evidente lo siguiente:
cuanto mayor sea la cantidad de agua, más tiempo habrá que calentarla. O bien: para una misma energía térmica, el aumento de temperatura es inversamente proporcional a la cantidad de agua. El agua se calienta con un serpentín para garantizar que los tres experimentos se realicen con el mismo aporte calórico. Si se utilizara un quemador de butano con una llama igual de grande para cada serie, este requisito no se cumpliría en general, ya que las temperaturas de, por ejemplo, el anillo de soporte, la gasa de alambre y el vaso influyen en los resultados de la medición.
Ventajas
- La construcción propia de un calorímetro profundiza en la comprensión
- Descripciones del experimento adecuadas para el estudiante con informes disponibles